FADO EN OPORTO, AL ESTILO LITERARIO DE CHARLES BAUDELAIRE*

Noche de fado en las calles de Oporto: una oda a la melancolía

En las calles de Oporto, en una noche de luna, la melancolía se eleva como una sombra triste y dulce. Los sonidos de la ciudad se desvanecen y el Fado, esa expresión del alma muy portuguesa, resuena como un lamento ancestral.

Bajo el pálido resplandor de las estrellas, las guitarras gimen como amantes rotos y las voces resuenan como ecos de sueños rotos. Los callejones angostos encierran los secretos de historias de añoranza y pasión, mientras que las piedras desgastadas por el tiempo guardan las lágrimas de aquellos que alguna vez estuvieron perdidos... o encontrados.

En tabernas oscuras, las almas están en comunión con el dolor que trasciende fronteras, idiomas y tiempos. El vino fluye como el tiempo mismo, y los rostros envejecidos sonríen con una tristeza resignada pero hermosa.

Oh, Oporto, ciudad de fachadas antiguas y callejones misteriosos, eres la musa de este Fado que penetra los corazones y nos hace sentir la profundidad de la vida. El fado es tu voz muda, tu alma expuesta a la luz de la luna, un lamento que lleva el lastre de siglos de amores y angustias.

El Fado que resuena por las callejuelas de Oporto es distintivo, como una firma única esculpida por el tiempo y la experiencia de la gente. Aquí, las voces resuenan como el susurro de las aguas del Duero. Es un Fado que lleva en sí mismo la esencia de la vida marinera, las historias de pescadores y la añoranza de amores que se perdieron en el horizonte. El Fado de la tradición. Es un canto del alma del pueblo, que comparte las angustias y alegrías de quienes viven entre el río y el mar, entre la añoranza y la esperanza. Hay en las voces que se atreven a romper el silencio de la noche, una melodía de sencillez y autenticidad, una expresión de la ciudad y su gente.

Que la noche nunca acabe, que el Fado siga resonando por las calles. Es aquí, en las sombras y las notas tristes, donde encontramos la esencia de la vida, la belleza única de la melancolía que nos une como seres humanos, como viajeros en un mundo efímero. Y así, en las calles de Oporto, bailamos con nostalgia, entrelazados con Fado, en un abrazo eterno de emociones que nunca se apagarán.

*Este texto ha sido recreado en el estilo literario de la prosa poética de Charles Baudelaire, el poeta bohemio, libre, transgresor y rebelde de la literatura universal.

**Foto de Wikimedia Commons - Alain Rouiller .